lunes, 24 de septiembre de 2007

Take a chill pill

Glu, glu, glu… de a poco las ideas van hirviendo, de a poco conceptos perdidos en la enmarañada amorfidad de pensamiento comienzan a sublimarse…
La chile pill también podría llamase la píldora del día después…la píldora de la asegurada infertilidad…
Tan lejos de casa, infertilidades manipuladas y desentendidas pueden llevarnos a hacer llamadas satelitales para pedir consejos domésticos de los más inesperados…y así comprendemos también cuan dura es la vida del inmigrante…porque todos los espacios de su reproducción simbólica no pueden crearse solo con la imaginación: Necesitamos oler carne para creer que estamos vivos…
Hace frió y estoy lejos de casa…y estoy (como dice Lu*) en Noruega!!!...too far from home… i gonna go home…Y extrañar se convierte en el postre de todos los días, esa inyectable sensación…estar lejos de amigos, de familia, de facultad, diván, de gatito cariñoso que siempre elige dormir conmigo, estar lejos de teclado normal, teclado que se usa con los ojos cerrados… Pero después de un tiempo un se va a adaptando a esa sensación de extrañar, y pasa a desarrollar mecanismos en contra de ese desconsuelo. Al final la sensación puede derivar en la combinación de 5 ejes diferentes: Escribirme con Lu* esos emails largos, esos que duran una hoja entera, esos que son como tomar chocolatada caliente…dulces y acogedores; hacerse un buen mate; ver sex and the city; escuchar Charly García; o leer tristes trópicos y falshearla…
Recién ayer pude encontrar las palabras justas para vestir una idea que me picaba hacia mucho…esa rareza de la estética noruega, es gusto para adornar los comedores, los livines, las habitaciones…esas arañas de cristal, esos mubles de madera bien barrocos, esos arreglos florales por doquier, esos empapelados de florcitas, de casa de abuelita, el color rosa… Ayer pude comprender al escuchar a un salvadoreño que me dijo “son todos campesinos” (cuando comparábamos daneses y noruegos)…Ahí pude encajar justo: el decorado de una lujosa casa de Frogner con el imaginario estético de una fiesta de quince bien mersa: florcitas, rosita, moñitos, adornitos… todo en diminutivo, todo bien ingenuo, bien campestre, bien sencillo: La canasta llena de flores…
Pero no es solo en la estética, se siente en el esquema corporal de este campesinado urbano, en estos granjeros que se hicieron millonarios al encontrar decenas de posos de petróleo no mas de treinta años atrás…
Pero en este viaje (hasta ahora solo de ida) ningún aspecto sociológico me ha llamado mas la atención que la monogamia como instancia sangrientamente limitadora… y no me refiero a la prohibición de la promiscuidad sexual, (aunque es una gran limitación); me refiero a un aspecto que no tiene que ver con la “contemporaneidad de nuestra
Monogamia”, sino con nuestra monogamia imaginaria, nuestra monogamia heredada, simbólica y perversa…El primer mapeado protocolar de géneros que hemos comprado, los mambos y mandatos que siempre cargaremos en nuestras espaldas, incluso cuando nos independicemos de ellos: La bidimensión padre/madre. ¿Me pregunto como seria la posibilidad de tener muchos padres, muchas madres; muchos ejemplos de los que aprender; ideales de los que separarnos? Muchos Edipos, muchas Electras… Puedo imaginarlo como algo mucho más enriquecedor que atener el juego de homólogos biológicos a los avateres de la psiquis…


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