domingo, 7 de octubre de 2007

Vapor Verbal

Días de pocas horas. Claridad inexistente. La claridad es la suficiente como para apaciguar el reflejo de los faroles. Las gotas de agua que flotan en la atmósfera mantienen ese espíritu denso y lento…las imagines se ven tras el agua, en el agua todo circula mas lento, somos los personajes de un mundo acuoso, un mundo de rasgos destilados… Los árboles se mecen lento tras la bruma húmeda…El gris es cada vez mas impregnante…A medida que la luz se pierde el mundo se vuelve color sepia… Nuestras caras brillan, y después de todo, nuestros ojos solo se perciben en tonos fluorescentes…cada detalle de la naturaleza brilla, el agua barniza hasta el mas insignificante particula…
Y ahí estan las copas de arboles que nos miran, pompas de hojas chiquitas, grandes, medianas; lucen sus detalles y se ven preciosas, ahora que están en la fría época están en su salsa… Entonces comprendo que había que esperar al frió para que esta flora fuerte, resistente, madura, se luciera como piel de tortuga...
Descansamos en una cuna de troncos, las gotitas que se filtran de la gran copa que nos cubre humedecen y manchan nuestras narices... Todavía no hay nieve…cierro los ojos y sueño con esa botas largas que me gustaría tener…Después de mi chill pill mi mundo ya no es el mismo…todo es blancopaz…Aunque igualmente a veces tengo miedo, paranoia… tengo miedo de que traigan los perros especializados en oler chicas que tienen miedo de confiar…
Cuando estamos en la gran casa las paredes nos chusmean que estamos en aquellos años maravillosos, momentos inolvidables de nuestras vidas... Las vivencias se vuelven inexplicables, tan tan inexplicables que hay instituciones que rigen la no explicabilidad de las vivencias que día a día tenemos…Nuestros cuerpos son mutables, mutamos nuestros géneros, y todo es un ida y vuelta… Las cosas circulan en este gran sistema informativo, tanto que a veces parecieran perderse: aparecen, desaparecen, aparecen, desaparecen…A veces pasan los limites del mal y del bien, del sur y del norte, son olas de agua salada que golpean nuestras caras violentamente hasta hacernos sangrar…


Pero a veces también nos sorprenden días de color radiante, piernas de leche nos empujan de la cama para que salgamos a correr… Emprendemos marcha, somos como maquinas, maquinas de ver caras…caras que se vuelven ciegas porque somos invisibles.
A veces esta ruleta rusa se vuelve tan violenta que caemos en el charco de sangre y solo queda pensar…- cuando las cosas tocan el límite de lo extremamente vertiginoso solo queda una salida: Cerrar los ojos e ir a casa, abrir a puerta y suspirar… “pensé que nunca mas iba a volver”… y mientras miro como Cosimo se me acaricia entre las piernas pienso que esta maquina locomotora pareciera haber encontrando carril nuevamente, estar en casa…
Pero en realidad nada ha cambiado, estamos en el charco de sangre pensando… y ya nos empezamos a destilar en este, perdimos la figura de los ojos, los detalles de la cara, la tinta roja y tinta negra se funden homeostaticamete: Brillamos color púrpura.
Tal vez hoy es el día de comprar las botas…